SANTO DOMINGO. Por evitar pagar impuestos y por ganar más, hay personas y empresas que se han convertido en principales responsables de las muertes que han ocurrido en el país a causa de las bebidas alcohólicas adulteradas.
El pasado sábado se reportaron 7 personas muertas y ya van 77 las ocurridas por el consumo de bebidas alcohólicas adulteradas, en menos de dos meses.
Este un problema muy serio que merece acciones rápidas y concretas de las autoridades. En este país no se puede permitir que eso siga ocurriendo y que solamente se quede en los titulares de periódicos o en las lamentaciones de algunos programas de radio y televisión.
Además de todo el dolor que causa a los familiares y relacionados de las víctimas del comercio ilegal de bebidas alcohólicas, también se envía un mensaje negativo, a escala internacional, sobre la calidad del ron que producen empresas históricamente responsables, algunas con más de un siglo de haberse instalado en la República Dominicana.
Y ese mensaje negativo, que cruza las fronteras dominicanas, afecta los esfuerzos que realizan las autoridades dominicanas para aumentar la cantidad de turistas que viene al país.
Por tal razón, las bebidas alcohólicas adulteradas no solo matan personas, también dejan de pagar impuestos, impactan el turismo, disminuyen la llegada de divisas al país y fomentan las malas prácticas comerciales.
Hay que ponerle fin y rápido.